Empieza el Día con Alegría
Yo nunca he sido mucho de cuidarme la piel. Quiero decir, en mi juventud efervescente me daba un gel verde para las zonas conflictivas, y cuando me empecé a pintar el ojo (que era lo único que me pintaba) me preocupaba en limpiármelo antes de irme a dormir. El día que decidí ponerme lentillas, hará 3 años, al verme la cara desnuda reparé en todas y cada una de mis imperfecciones. ¿Acaso no estaban allí antes? Of course! Pero las gafas pseudo-camuflaban las ojeras, y la miopía hacía el resto. Así que desde entonces mi rutina diaria cambió. He pasado (gradualmente) de levantarme, mojarme la cara y ponerme el flequillo un poco en su sitio a: Primero desayunar, porque el té mancha. Lavarme los dientes, pasarme la cinta, y enjuagarme con colutorio. Exfoliarme los labios con un potingue casero a base de azúcar y aceite de oliva (va genial para los pellejicos). Lavarme la cara con un jabón especial para rojeces y pieles sensibles. Cada 2 o 3 días, en vez de lavarme con el jabón, me exfolio la...