King Kong, ese gran desconocido
Aprovechando que mi hermano ha estado aquí hace poco, hablemos de algo que fue poco menos que una obsesión en sus años más tiernos. Sí señores, porque yo aprendí swahili de tanto ver King Kong (1933). Cada día o si no, no comía. Hace unos días me entraron ganas de volver a ver la reciente versión de Peter Jackson, la cual me encantó. No diré que es perfecta, porque le sobra una media hora de paja selvática (bichos raros mayormente), pero deja buen sabor de boca a aquellos que llevamos la versión de Cooper grabada en la memoria. Para nosotros es de ese tipo de películas que, al menos al principio, no se pueden ver de manera objetiva. Primero por lo que ya he mencionado, y segundo por que la dirige Peter Jackson. Y hemos de reconocer que somos una familia de frikis muy unida. Lo cual no le quita mérito a PJ, desde Braindead hasta El Señor de los Anillos, rezuma talento por todos sus poros. Hubo muchos que se sorprendieron de que este nuevo King Kong no se pareciera en nada al "origi...